Fotografía en Otraparte
por Oliver Ehmig
Por ese camino, ya lejos del marco estrecho de nuestros treinta y tres años, lejos de las ideas generales suministradas a precios altísimos por el Negro Cano, lejos del monótono amor de nuestras primas, abrimos los ojos y vimos que todo es amor y muerte. Unos racimos de flores inverosímiles, moradas, carnosas, servían de regios lechos amorosos a los insectos, a los pistilos y a los estambres.
Fernando González