Salomé
Fernando González
1934
—Edición póstuma 1984—
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El libro, en su concepción literaria, es limpio, suave y tierno como carne de muchacha núbil en primavera. «Se trata en esta novela del autor, de una gata, de la primavera y de unas señoritas: nadie se casa ni se muere». Ahí está todo, así de simple. Es un diario que Fernando González escribe en Marsella en 1934, cuando se dispone a entregar el consulado del que ha sido destituido por el gobierno colombiano, mientras en su carne de treinta y nueve años la primavera despierta los dulces escozores que tal vez sólo un hijo del trópico es capaz de descubrir en sus más leves temblores. Ese sentir bajo la piel el extraño cosquilleo de la vida que renace y la sangre anhelante de deseos paganos, encendida sexualmente. Lo que siente el autor lo describe delicada y deliciosamente en Salomé, la gata que maúlla su primer celo y es perseguida por los machos enardecidos, y en las reacciones de las señoritas, adolescentes unas, otoñales las otras, que sienten en su cuerpo el fuego del sexo que saca a flote la primavera.
De marzo a abril de 1934, Fernando González es el cronista de la primavera. Su estilo en este libro es de una exquisita belleza. Ágil, limpio, desnudo, sin ocultaciones. Estilo de bailarín, que diría después, porque «lo que pesa no es amable». «Las cosas serias dilas con alas de paloma, es el primer deber estético». Cualquier párrafo, tomado al azar, es hermoso: «Comprendí que esta ley inexorable del amor nos va subyugando poco a poco, así como el Sol obliga a la Tierra a irle presentando sus polos para herirla. ¡Igual a Salomé! Todo lo existente está sujeto a la ley del amor. Un inmenso gato obliga también al sistema solar a ir levantando la columna vertebral, para herirlo». Salomé es importante en la bibliografía del Mago de Otraparte porque es la semilla de El remordimiento, según confesó el mismo autor. Pero hay algo más: es un sutil hito en el proceso espiritual del maestro, que ilumina obras posteriores y que, como todo lo de González, no es posible comprender sino en el contexto general de su obra.
(Reseña basada en un artículo de Ernesto Ochoa Moreno).
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«Salomé está intranquila desde el primero. Ayer estaban unos seis gatos con ella, mirándose, yendo y viniendo. La entré, y los gatos maullaban ansiosamente, con sonido fiero; no era miau sino meoo, meoo. Salomé no sabe aún de qué se trata. Anda asustada y atraída. Ayer se subió a una banca, en el corredor del jardín y el gato negro de madame Rousseau le pasaba por debajo; ella brincaba, y sacaba las uñas y alborotaba la cola. Tiene miedo, y no sabe y está atraída».
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Primera edición: Medellín, Ediciones Autores Antioqueños, 1984, vol. 3.
Segunda edición: Medellín, Ediciones Autores Antioqueños, 1994, vol. 3.
Tercera edición: Medellín, Comfama – Metro de Medellín – Corporación Otraparte, julio de 2007.
Cuarta edición: Medellín, Fondo Editorial Universidad EAFIT / Corporación Otraparte, colección Biblioteca Fernando González, agosto de 2008.