Malcolm Lowry
En México
Dirigida por Óscar Menéndez
México, 1989 – 54 minutos
El día de Nochebuena de 1944, Malcolm Lowry puso el punto final a Bajo el volcán, casi ocho años después de haberla concebido. Este hecho le causó, según él mismo lo cuenta, «una extraña alegría». No era para menos: por segunda y última vez en su vida había logrado concluir una narración extensa; pero, sobre todo, había logrado (no es claro si él lo sabía, aunque probablemente lo intuía) escribir una de las obras maestras del siglo xx. Ambiciosa, compleja, bella, oscura, trágica, densa, romántica, jocosa, mágica, mística, religiosa, simbólica, realista, alegórica. Todos estos adjetivos ajustan a la novela, y aún así, Bajo el volcán es algo más. Quizá el adjetivo que mejor cuadre con la obra, porque de alguna forma resume a todos los mencionados, es el de poética. En Bajo el volcán, Lowry logra plenamente con su prosa lo que no pudo conseguir con sus versos: hacer de su experiencia vital un hermoso poema. Y ahora, cuarenta años después, aquella Quauhnahuac y aquel tiempo «paradisíaco e infernal» reviven en un filme espléndido, cuya poesía «infernal y paradisíaca» emerge de las imágenes fulgurantes de una ciudad silenciosa y de una naturaleza bronca.