Conferencia
Agricultura Urbana
—Diciembre 17 de 2016—
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Según las Naciones Unidas, la malnutrición afecta alrededor de 795 millones de personas en el mundo y es responsable de un 45% de las muertes de niños menores de cinco años (3,1 millones de niños anualmente). El sistema de agricultura actual debe modificarse y fortalecerse no sólo para alimentar los cientos de millones de hambrientos de nuestros días, sino también para responder a la demanda de los dos mil millones habitantes adicionales que tendrá el mundo en 2050.
Pero no se trata únicamente de combatir el hambre. La agricultura (el sistema de alimentación en general) es una gran generadora de gases de efecto invernadero —intensificando el cambio climático no sólo en etapas de cultivo y producción, sino también a través del transporte—, y está además directamente relacionada con la pérdida de biodiversidad, el uso del agua fresca y con otras problemáticas ambientales como la eutrofización.
Considerando que la mitad de la población mundial se concentra actualmente en las ciudades, es necesario actuar en ellas para generar una cultura de consumo sostenible y promover la agricultura urbana. Se debe aprovechar la ciudad para la creación de huertas que permitan un (por lo menos parcial) autoabastecimiento, de manera que se reduzca no sólo el hambre, sino también la presión en las áreas rurales.