Grupo de los Panidas. De izquierda a derecha: León de Greiff, Ricardo Rendón, Fernando González y Tartarín Moreira. Caricatura de Elkin Obregón (1994).
A Colombia no le ha pasado nada tan grande como Fernando González. Y eso es la grandeza: acicate para seguir vivos. Estar vivo es tener ganas: de pelear, de penetrar en el mundo, de buscar el conocimiento, de asediar placenteramente a esa presa furtiva que es la verdad. […] Qué bueno que haya existido Fernando González. Ahí está. Puede ser existencia para otros. ¿Lo es ya? Quizás. De todos modos, aunque la moda no lo lleve hoy en la cresta de la popularidad, ahí está como un tesoro, como acopio de armas y vituallas para el combate que algún día librará Latinoamérica por su libertad y su destino. Es un signo para la vida.
Alberto Aguirre