Ex Libris de Fernando González
por Pepe Mexía (1942).
Era un maestro bondadoso y terrible. Después de Jesucristo no he conocido otro mejor. Era a su vez, discípulo adelantado del Galileo; lo que aprendió del Maestro taladraba sus sueños como espina de redentor. Toda su vida caminó por esa senda, no detrás ni pisando las huellas: siguiendo el camino que no empieza ni termina porque es infinito.
Gonzalo Arango