Fernando (de pie), Jorge González y Ramiro González Restrepo: “Jorge recopiando los manuscritos del ‘Hermafrodita dormido’ en la Avenida Bonneveine. Marsella, septiembre 1933”.
Pues esta mañana bajé muy temprano y la Toní me sirvió el café en la mesita trípode, al lado del plátano, y tenía una terrible pugnacidad en las caderas y los ojos afelpados. Salomé fue saliendo, despacio, y meó señorialmente bajo el plátano, atisbando para las tapias, con vergüenza de que la vieran los amantes. Miré a la Toní, mientras se retiraba, y le dije al Señor: ¡sácame consumido, que no quiero volver a la Tierra, lugar de ilusiones!
Fernando González